Señor, en este día quiero darte gracias por la Eucaristía, memorial de Tu amor por la humanidad. Gracias por haberte quedado en la humildad del pan: Tu presencia real nos consuela, nos anima y nos da descanso. Señor, sigue suscitando hombres valientes que deseen seguirte y servirte como sacerdotes, para que continúen dándonos Tu alimento, pan de vida eterna. Amén.